Historia
Usted y su esposo/a han estado en conflicto por mucho tiempo ya. Nunca hay mucho dinero. La cena no está lista. La pasta de dientes…usted sabe ¡Y el asiento del baño! Sus discusiones están llenas de culpa y acusaciones. Su tono burla el tono de su esposo/a. Están en guerra. Parecen no tener nada en común. Se pregunta por qué razón se casaron. No puede dormir. Se siente más y más deprimido/a. Ya no quiere hablar con su esposo/a. ¿Cuál es el siguiente paso?
¿Qué es?
Es un proceso de resolución de disputas basado en técnicas establecidas en la mediación que puede ayudar a mejorar su relación. Está orientado hacia el futuro y el objetivo es la negociación de decisiones mutuamente aceptables que resulta en un cambio de comportamiento entre usted y su esposo/a. Los estudios demuestran que la gente respeta y sigue acuerdos en los cuales ellos han sido parte del proceso.
¿Cuáles problemas se pueden discutir?
Muchos matrimonios fracasan por la falta de comunicación entre los esposos o por problemas financieros como la pérdida de trabajo, deudas de juego o la banca rota. Muchas personas piensan que un divorcio resolverá el problema pero ellos fallan en darse cuenta de las desastrosas consecuencias financieras que eso genera. Aparte de las disputas financieras, la mediación matrimonial ayuda a resolver conflictos relacionados con responsabilidades de paternidad, arreglos de vivienda, problemas de carrera profesional y las relaciones con familia y amigos. Pero sobre todo esto provee herramientas para mejorar la comunicación en el futuro. Estudios muestran que cerca del 53% de las parejas separadas citan “incapaz de hablar el uno con el otro” como la segunda razón para la separación.
¿Cuándo intentarlo?
Es mejor considerarlo cuando está pensando en separación y divorcio pero no ha excluido la reconciliación.
¿Por qué?
Puede escoger ésta opción si no desea ser “patologizado” como un paciente en asesoramiento psicológico el cual, en muchas culturas, podría portar un estigma.
¿Cómo funciona?
Es una serie de reuniones de, usualmente, dos horas de duración en las cuales la pareja explica sus problemas, el mediador escucha para que los problemas sean mediados y enseña habilidades de comunicación a la pareja, las cuales pueden ser usadas en el futuro para prevenir conflictos en la familia. Algunas parejas prefieren tener su acuerdo escrito como una herramienta de referencia en caso de futuros desacuerdos.